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Baluarte de La Verdad, es un ministerio cristiano evangélico sin ánimo de lucro, para difundir la sana doctrina según nos ha llegado por la revelación contenida en los 66 libros de La Biblia, las cuales constituyen la única, toda suficiente, segura e infalible regla del conocimiento, fe y obediencia salvadoras.

jueves, 27 de abril de 2017

Ley y Gracia: Breve reflexión

   Desde siglos el cristianismo se ha visto enfrentando y recorriendo diversos caminos e interpretaciones sobre el tema de la Ley y La Gracia. La misma Escritura da testimonio de este hecho y en especial el pensamiento paulino trata muchas veces este asunto.
    En líneas generales podemos ver, por un lado los LEGALISTAS, que aunque aparentan ser muy estrictos y celosos guardianes de la Ley de Jehová terminan por confiar en su "elevada moralidad" y no en Dios mismo, son víctimas de su propio ego y terminan en una frustración total al comprender que no son mejores que el resto, pues la Ley demanda un perfecto cumplimiento para así, dar por justo al pecador, y ellos son conscientes de que "...el que incumpliere un sólo mandamiento." se hace culpable de haber transgredido toda la Ley, y por ello son tan pecadores como el resto de los mortales, pero con una salvedad, el resto "golpea su pecho pidiendo a Dios misericordia", pero ellos no tienen oportunidad, pues se siente tan cómodos en su imperfecta y engañosa moralidad que dan por sentado que son justos ante Dios. Esto es algo que todo verdadero creyente debe evitar el legalismo, que mueve nuestra confianza de la obra de Cristo a nuestra propia obra, despreciando así la Salvación en Cristo.
    Del otro lado tenemos a los ANTINOMIANOS, o creyentes que desprecian, por activa o por pasiva,  la Ley de Dios, es tan grande su miedo al legalismo que terminan por establecer una ruptura radical entre los PACTOS, e incluso no ven en la Vida y Obra de Cristo un continuidad esencial en el plan de Dios, sino un contraste tan marcado que todo parece indicar que Cristo rompe con Moisés de un modo definitivo. Interpretan LA GRACIA, no como un atributo divino inherente al ser de Dios, sino como un período en la historia de la salvación, donde uno es el Dios del Antiguo Testamento, lleno de ira y castigo y otro el del Nuevo, un Dios amoroso y clemente. Y esto es una un camino falso y peligroso para la vida cristiana, pues Las Escrituras claramente establecen que el pecado "es transgresion de la Ley", de modo que si no hay Ley, entonces no hay pecado, y esto es absolutamente absurdo. Decir que Cristo vino para abolir la Ley, es totalmente falso y al mismo tiempo contraproducente con el resto de la enseñanza bíblica. 
    Entonces, habiendo visto la falsedad de las dos posturas anteriores, conviene que avancemos a una tercera posición conciliadora, que tomando como punto de partida un análisis coherente y sistemático de la enseñanza bíblica nos brinde la interpretación correcta, frente al trascendental asunto, de EL LUGAR DE LA LEY EN EL NUEVO PACTO.

   Algunos aspectos a tener en cuenta en el abordaje de esta tema son:

1.-El uso de la palabra LEY en Las Escrituras.
2.-La relación orgánica de los PACTOS, no como períodos salvíficos inconexos y contrarios, sino como partes del maravilloso plan salvador de Dios.

   En primer lugar, en cuanto al uso de la palabra LEY en las Escrituras, debemos decir:

1.-Que su uso no es uniforme, o sea no siempre se emplea en el mismo sentido o con el mismo significado.
2.-Algunos usos encontrados son:
-Para referirse a las Escrituras del Antiguo Testamento, o sea los 39 libros desde Génesis-Malaquías.
-Para referirse al Pentateuco, primeros cinco libros Génesis,Éxodo, Levíticos, Números y Deuteronomio.
-Para referirse a todos los mandamientos, estatutos y preceptos divinos incluidos en todo el Antiguo Testamento.
-Para referirse a todos los mandamientos encontrados en los los escritos mosaicos, un total de 613.
-Para referirse a los Diez Mandamientos.
-Para referirse a leyes humanas civiles o religiosas.
-etc.
    De modo que cuando avanzamos en el estudio del tema, debemos precisar cuál es el sentido en que se emplea la palabra Ley en dicho pasaje, para evitar errores de interpretación.

   En segundo lugar y aproximándonos bíblicamente a la relación orgánica de los pactos debemos decir, que  la historia de la salvación ha atravesado por diferentes modelos de adoración. 
   En el modelo de ADORACIÓN FAMILIAR "ver a Noé y su familia, Abraham y su familia etc", los preceptos y ordenanzas divinos se enmarcaban en el desarrollo cúltico familiar. 
   Cuando llegamos a Moisés nos encontramos con un modelo de ADORACIÓN NACIONAL, y en este modelo las leyes no solo regulaban lo relativo al plano religioso sino que incluían aspectos relacionados con la vida civil y cultural en general, por esto encontramos leyes ceremoniales, leyes morales, leyes civiles, leyes dietéticas e higiénicas etc. siendo que el marco de desarrollo del culto de adoración era UNA NACIÓN, también se incluían leyes relacionadas con las relaciones diplomáticas hacia otras naciones y pueblos vecinos y leyes de guerra, etc.
     Con la consumación de la obra de Cristo y la fundación de Su Iglesia, el panorama es totalmente distinto, pues se avanza de la ADORACIÓN NACIONAL a la ADORACIÓN CORPORATIVA (La Iglesia del Señor Jesucristo) donde Dios deja a buen uso de los diferentes gobiernos civiles la aplicación y la elaboración de leyes civiles correspondientes, por esto encontramos a Jesús, NO ANULANDO, sino precisando que ha habido un cambio en la esfera de autoridad y aplicación de las Leyes Civiles, así la ley del talión que era adecuada para dirimir asuntos civiles en su época como modelo de compensación, se enfatiza que debió ser echa en amor y no con odio, y se deriva la resolución de conflictos civiles, no a la Iglesia sino al gobierno civil, por esto las expresiones "temer al que lleva la espada pues es servidor de Dios" y el reclamo a "obedecer a las autoridades" confirman que la Iglesia, la Familia y el Estado en el contexto de la ADORACIÓN CORPORATIVA son poderes Independientes, y siempre que se ha violentado este hecho se han visto los horrores del camino tomado, véase el ejemplo de la Inquisición, donde la Iglesia Romana adoptó poderes civiles e incluso militares con todas las negras consecuencias que conocemos. Por este hecho la precisión de Jesús en delimitar el campo de autoridad de La Iglesia, El Estado y La Familia en el contexto de la ADORACIÓN CORPORATIVA nunca debemos interpretarla como un rechazo o anulación a las leyes del Antiguo Testamento, las cuales tuvieron sus propios propósitos y contexto particulares. 
   El gran debate es, ¿qué queda de todo lo anterior en materia legislativa?, pues todo aquello que es competencia de la familia, la iglesia y el estado de modo universal y eterno: LO MORAL. Y es en el centro de este hecho donde tenemos los DIEZ MANDAMIENTOS como expresión del carácter divino y voluntad de Dios para el hombre en general y la iglesia en particular.
     Es mi mayor deseo que esta breve reflexión sirva para estimular la profundización en este tema fundamental.

lunes, 17 de abril de 2017

La voz de los mártires: Iglesia perseguida en Nigeria


Escritos de los Padres Apostólicos: La Didaché

     Para algunos creyentes el cristianismo que profesamos en nuestra época es el resultado de un salto directo del tiempo apostólico al presente, dejando el tiempo comprendido entro estos dos eventos como un gran vacío espiritual, teológico e histórico. Sin embargo, la realidad es totalmente diferente porque el mismo Espíritu que obró poderosamente en el nacimiento de la iglesia, continuo su labor por dos mil años y lo hace en nuestra época, y continuará su obra hasta el retorno de nuestro Señor Jesucristo. 
      Visto de este modo no resulta difícil concluir que la iglesia contemporánea posee un patrimonio teológico e histórico de gran valor, siendo las Sagradas Escrituras el punto de partida y llegada para evaluar adecuadamente, esta rica herencia que poseemos.

     La Didaché es un manual de la iglesia del cristianismo primero, también llamada Doctrina de los apóstoles o Doctrina del Señor a las naciones por medio de los doce apóstoles.  El manual consiste en dos partes y consta de dieciséis capítulos que se dividen claramente en tres partes:

         1) Un tratado moral conforme al modelo más antiguo de “Los dos caminos”, que presenta los caminos         de la justicia y la injusticia, de la vida y la muerte, respectivamente, y abarca los seis primeros capítulos.
        
        2) La segunda parte del capitulo siete al décimo, contiene instrucciones referentes a ritos y ministerios            de la iglesia.

        3) La tercera parte expone instrucciones disciplinares, siendo el último capitulo, una invitación a la vigilante              espera de la segunda venida del Señor o Parusía.

     La obra es, indudablemente, de fecha muy primitiva, como se ve por la evidencia interna del lenguaje y su enseñanza. Así por ejemplo, el orden profético itinerante no ha sido desplazado todavía por el ministerio localizado permanente, sino que existen el uno al lado del otro, como durante la vida de Pablo (Ef. 4:11; 1ª Co. 12:28).
    En segundo lugar, el episcopado no ha pasado a ser todavía universal; la palabra “obispo” se usa como sinónimo de “presbítero”, y el escritor, por tanto, une “obispos” con “diáconos” (Did. 15) como hace Pablo (1ª Ti. 3:1-8; Fil. 1:1) bajo circunstancias similares. Ambos son elegidos por la comunidad mediante la ordenación.
   En tercer lugar, por la expresión en Did. 10: “después de haberos saciado”, se ve que el ágape sigue siendo parte de la Cena del Señor. Finalmente, la simplicidad arcaica de sus sugerencias prácticas sólo es compatible con la más tierna infancia de la Iglesia. Estas indicaciones señalan el primer siglo como la fecha de la obra en su forma presente.

a) Autor y fecha de composición:

   Del autor no sabemos nada. Probablemente fue un maestro cristiano procedente del judaísmo, y ambientado en el círculo de Santiago, “el hermano del Señor”, como parecen demostrar las semejanzas en la Didaché y la carta de éste. Toma sus enseñanzas del Antiguo y Nuevo Testamento, si bien apenas si recurre a citas literales, sólo alude a pasajes de ellos. El autor escribe en un tono de aseveración, sin reserva ni vacilación en lo que afirma, enseña y manda. Nadie, ni un apóstol o profeta puede quitar ni añadir a lo escrito. El redactor habla con autoridad, aunque no se presenta como depositario personal de una revelación. Quizá se trata de un apóstol fundador de una iglesia, a la que deja este breve escrito como resumen de sus enseñanzas, antes de partir hacia otro lugar, buscando fundar nuevas iglesias.
    La fecha de composición va de alrededor del año 70 a los años 96-98, siempre anterior al siglo II, prolijo en herejías, no mencionadas en la Didaché y tan presente en los últimos escritos joánicos y en las cartas de Ignacio.

b) Transmisión y manuscritos:

 
   La Didaché fue descubierta por el metropolita Bryennios en el mismo manuscrito que tiene la copia completa de la Epístola de Clemente, y es llamado el manuscrito Constantinopolitano o Hierosolimitano, por haberse encontrado en la biblioteca del Hospital del Santo Sepulcro de Constantinopla y haber sido trasladado después, en 1887, a la biblioteca del patriarcado en Jerusalén.  El manuscrito tiene fecha de 1056. Pero, aunque Bryennios anunció una lista del contenido de este documento en 1875, pasaron ocho años antes de que fuera publicada la Didaché.
     Cuando al fin, en 1883, fue ofrecido el texto al mundo, se demostró que su interés e importancia excedía a las más altas expectativas. Se ha admitido en general que es la obra mencionada por Eusebio y citada también por Clemente de Alejandría como “Escritura”. Es la base del séptimo libro de las Constituciones Apostólicas.
    En el lenguaje y en el contenido presenta íntima afinidad con muchos otros documentos primitivos, especialmente los Cánones Eclesiásticos y la Carta de Bernabé. Gebhardt descubrió también un fragmento de una traducción latina, que se contiene en el códice de Melk, perteneciente al siglo XI. Son muy importantes los restos de una traducción copta, conservados en el papiro Oxirrinco (n. 9.271) del Museo Británico, del siglo V, traducción que procede posiblemente de la primera mitad del siglo III. Así, aunque sólo hay un manuscrito existente de la Didaché en su forma presente, la incorporación de una gran parte del mismo en los escritos patrísticos y los manuales de la iglesia primitiva hace el problema de su origen y desarrollo peculiarmente interesante.

viernes, 14 de abril de 2017

El Ser de Dios: Consideraciones Preeliminares-I


       Al aproximarnos al estudio del Ser de Dios conviene insistir en una serie de cuestiones preeliminares y preparatorias que nos brindarán las herramientas adecuadas para emprender el necesario y fascinante tema de la naturaleza de Dios, hemos de quitarnos el calzado porque el terreno que estaremos pisando es SANTO.

UNA ACTITUD CORRECTA

Una actitud reverente y humilde:

Isaías 6:1-5.

"En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime,  y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines;  cada uno tenía seis alas;  con dos cubrían sus rostros,  con dos cubrían sus pies,  y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces,  diciendo: Santo,  santo,  santo,  Jehová de los ejércitos;  toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba,  y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto;  porque siendo hombre inmundo de labios,  y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos,  han visto mis ojos al Rey,  Jehová de los ejércitos."


       Estudiar la doctrina de Dios es aproximarnos a contemplar al Rey, Jehová de los ejércitos, donde le vemos exaltado y sublime en su santidad, su gloria y su omnipotencia. Y en relación a este hecho escribe Juan Calvino:

(Juan Calvino, Instituciones, 1:1:2)

“Es cosa evidente que el hombre nunca jamás llega al conocimiento de sí mismo, si primero no contempla el rostro de Dios y, después de haberlo contemplado, desciende a considerarse a sí mismo. Porque estando arraigado en nosotros el orgullo y soberbia, siempre nos tenemos por justos, perfectos, sabios y santos, a no ser que con manifiestas pruebas seamos convencidos de nuestra injusticia, fealdad, locura y suciedad; pero no nos convencemos si solamente nos consideramos a nosotros y no a Dios, el cual es la sola regla con que se debe ordenar y regular este juicio. Porque como todos nosotros estamos por nuestra naturaleza inclinados a la hipocresía, cualquier vana apariencia de justicia nos dará tanta satisfacción como si fuese la misma justicia. Y porque alrededor de nosotros no hay cosa que no esté manchada con grande suciedad, lo que no es tan sucio nos parece limpísimo mientras mantengamos nuestro entendimiento dentro de los límites de la suciedad de este mundo; de la misma manera que el ojo, que no tiene delante de sí más color que el negro, tiene por blanquísimo lo que es medio blando u oscuro…
 De esta misma manera acontece en la consideración de las cosas espirituales. Porque mientras no miramos más que las cosas terrenas, satisfechos con nuestra propia justicia, sabiduría y potencia, nos sentimos muy ufanos y hacemos tanto caso de nosotros que pensamos que ya somos medio dioses. Pero al comenzar a poner nuestro pensamiento en Dios y a considerar cómo y cuán exquisita sea la perfección de su justicia, sabiduría y potencia a la cual nosotros nos debemos conformar y regular, lo que antes con un falso pretexto de justicia nos contentaba en gran manera, luego lo abominaremos como una gran maldad; lo que en gran manera, por su aparente sabiduría, nos ilusionaba, nos apestará como una extrema locura; y lo que nos parecía potencia, se descubrirá que es una miserable debilidad.”

        Cuando vemos la sabiduría de Dios, vemos nuestra ignorancia. Cuando vemos el poder de Dios, vemos nuestra impotencia. Cuando vemos la justicia de Dios, vemos nuestra suciedad. Cuando vemos la independencia de Dios, vemos nuestra dependencia y debilidad. Cuando vemos su amor, vemos nuestro egoísmo.
¿Por qué dijo Isaías que era un hombre inmundo de labios? ¿Acaso era él un hombre mentiroso, chismoso y maldiciente? No, él no era un impío, era el profeta de Dios. Pero cuando vio la santidad de Dios, también vio su propia inmundicia. ¿No fue esa también la experiencia de Job cuando experimentó arrepentimiento al final del libro que lleva su nombre?
Job 42.1-6

"Respondió Job a Jehová, y dijo:  Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza. "

Una actitud de fe salvadora:

Hebreos 11:6

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."

       Así como no hay lugar para la arrogancia en el estudio de Dios, tampoco hay lugar para la incredulidad. El espíritu de incredulidad crítica es desagradable a los ojos de Dios.
¡Qué el Señor nos conceda por su Espíritu la actitud adecuada para estudiarle y conocerle!

Una actitud de apego absolutamente escritural:

     Si hay un tema que demanda absoluto sustento Escritural es este. Es completamente inútil y extremadamente peligroso arribar a conclusiones respecto al Ser de Dios a través de la filosofía, las tradiciones, la experiencia o la naturaleza. Todos los esfuerzos humanos por entender la naturaleza divina en cualquiera de estas áreas antes mencionadas, no solo han sido infructuosos, sino que generalmente han terminado en algún tipo abominable de herejía. Por tanto conviene anclar nuestro conceptos de este tema a la Escritura y solamente la Escritura.

Conclusión:

       Aunque de manera breve, hemos planteado la necesidad de tener una actitud correcta al acercarnos al estudio de Ser de Dios, en al menos tres aspectos:

.-Una actitud reverente y humilde.
.-Una actitud de fe salvadora.
.-Una actitud de apego absolutamente escritural (bíblica).

martes, 11 de abril de 2017

JERÓNIMO SAVONAROLA: Precursor de la Gran Reforma 1452-1498

(Extractado del libro "Biografías de Grandes Cristianos" de Orlando Boyer)

     Jerónimo era el tercero de los siete hijos de la familia Savonarola. Cuando aún era niño, tenía la costumbre de orar, y a medida que fue creciendo, su fervor en la oración y el ayuno fue en aumento. La decadencia de la iglesia, llena de toda clase de vicios y pecados, el lujo y la ostentación de los ricos en contraste con la profunda pobreza de los pobres, le afligían el corazón. La oración era su mayor consuelo.
      Resentido con el mundo, desilusionado de sus propios anhelos, sin encontrar a nadie que le pudiese aconsejar, y cansado de presenciar las injusticias y perversidades que lo rodeaban, las cuales no podía remediar, resolvió abrazar la vida monástica. En el claustro, Savonarola se dedicó con más ahínco aún a la oración, al ayuno y a la contemplación en la presencia de Dios.
       Después de haber pasado siete años en el monasterio de Boloña, Fray Jerónimo fue para el convento de San Marcos, en Florencia. Cuando llegó, su desilusión fue muy grande al comprobar que el pueblo florentino era tan depravado como el de cualquier otro lugar. Cierto día, al dirigirse a una monja, vio repentinamente, que los cielos se abrieron, y delante de sus ojos pasaron todas las calamidades que sobrevendrán a la Iglesia. Entonces le pareció oír una voz que desde el cielo le ordenaba que anunciara todas esas cosas a la gente. Convencido de que la visión era del Señor, comenzó nuevamente a predicar con voz de trueno. 
       Bajo una nueva unción del Espíritu Santo, sus sermones en que condenaba al pecado eran tan impetuosos, que muchos de los oyentes se quedaban por algún tiempo aturdidos y sin deseos de hablar en las calles. Los hombres más cultos comenzaron entonces a asistir a sus predicaciones en Florencia; fue necesario realizar las reuniones en el Duomo, famosa catedral, donde continuó predicando durante ocho años. El corrompido regente de Florencia, Lorenzo de Médicis, trató por todos los medios posibles, como la lisonja, las dádivas de cohecho, las amenazas y los ruegos, inducir a Savonarola a que desistiese de predicar contra el pecado, y especialmente contra las perversidades del regente. Por fin, viendo que todo era inútil, contrató al famoso predicador Fray Mariano para que predicase contra Savonarola. Fray Mariano predicó un sermón, pero el pueblo no le prestó atención a su elocuencia y astucia, por lo que Fray Mariano no se atrevió a predicar más. Fue en ese tiempo que Savonarola profetizó que Lorenzo, el Papa y el rey de Nápoles iban a morir dentro de un año, lo que efectivamente sucedió.
        Después de la muerte de Lorenzo, Carlos VIII de Francia invadió a Italia y la influencia de Savonarola aumentó todavía más. La gente abandonó la literatura banal y mundana para leer los sermones del famoso predicador. Los ricos socorrían a los pobres en vez de oprimirlos. Fue en ese tiempo que el pueblo preparó una gran hoguera en la "piazza" (plaza) de Florencia y quemó una gran cantidad de artículos usados para fomentar vicios y vanidades.
    Sin embargo, el éxito de Savonarola fue muy breve. El predicador fue amenazado, excomulgado y, por fin, en el año 1498, por orden del Papa, fue ahorcado y su cadáver quemado en la plaza pública. Pronunciando las palabras: "¡El Señor sufrió tanto por mil" terminó la vida terrestre de uno de los más grandes y más abnegados mártires de todos los tiempos. A pesar de que hasta la hora de su muerte él sustentó muchos de los errores de la Iglesia Romana, enseñaba que todos los que son realmente creyentes están en la verdadera iglesia. Sus libros sobre "La humildad", "La oración", "El amor", etc., continúan ejerciendo gran influencia sobre los hombres.
       Destruyeron el cuerpo de ese precursor de la Gran Reforma, pero no pudieron apagar las verdades que Dios, por su intermedio, grabó en el corazón del pueblo.

viernes, 7 de abril de 2017

EL CARÁCTER CONCLUSIVO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta clave: ¿Quién ha de tener la última palabra en toda controversia religiosa?

Resumen: Las Sagradas Escrituras son en sí misma la base de toda conclusión en asuntos de fe y poseen un papel fundamental y prioritario sobre la razón, la tradición y la iglesia.

Declaración:

La regla infalible para interpretar la Biblia, es la Biblia misma, y por tanto, cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera (cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se puede buscar y establecer por otros pasajes que hablan con más claridad del asunto. 1
(1) Hch. 15.15-17; 17.10-12
El Juez Supremo por el cual deben decidirse todas las controversias religiosas, todos los decretos de los concilios, las opiniones de los hombres antiguos, las doctrinas de hombres y de espíritus privados, y en cuya sentencia debemos descansar, no es ningún otro más que el veredicto bíblico dado por el Espíritu Santo. En tal veredicto descansa la fe. 2

(2) Isa. 8.19, 20; Mt. 22.29-32; Hch. 28.23; Ef. 2:20


Breve bosquejo explicativo:

A.-LA ESCRITURA ES CONCLUYENTE EN LA INTERPRETACIÓN DE SÍ MISMA:


B.-LA ESCRITURA ES CONCLUYENTE FRENTE A TODA CONTROVERSIA DOCTRINAL O RELIGIOSA.

jueves, 6 de abril de 2017

DE LA PRESERVACIÓN DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta Clave: ¿Las presentes copias de las Sagradas Escrituras pueden ser aceptadas como la auténtica palabra que Dios reveló en el pasado?

Resumen: La Biblia que poseemos hoy puede y debe ser aceptada como el registro auténtico de la revelación que Dios ha dado a la iglesia a través de los escritores antiguos. Tal seguridad descansa en la evidencia histórico-legal, y sobre todo en Dios, quien es el autor y preservador de su Santa Palabra.

Declaracióm:

El carácter de escritos divinamente inspirados que las Sagradas Escrituras abundantemente declaran y demuestran 1, pertenece solo a los autógrafos o escritos originales, no a las copias, traducciones, comentarios o anotaciones, por mas excelentes que estas sean. Entendiendo además, que si bien existen pequeñas variantes en el texto de algunas copias manuscritas, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza del texto sagrado, y además, el número tan abundante de copias manuscritas, de traducciones antiguas y de citas en escritos antiguos de indiscutible autenticidad y valor histórico, permiten reconstruir el texto original de tal modo que nuestras presentes copias de las Sagradas Escrituras tanto del Antiguo Testamento, (escrito en hebreo), como del Nuevo Testamento, (escrito en griego), pueden ser aceptadas como la verdadera Palabra de Dios y una auténtica declaración de lo que Dios quiso comunicar al hombre, estando nuestra firme persuasión de la milagrosa preservación del texto sagrado a través de los siglos, no sólo sobre la base de la evidencia histórica-legal, que es adecuada y suficiente, sino, antes bien y sobre todo en Dios, quién es el autor y preservador, por su cuidado y providencias especiales, de las Sagradas Escrituras. 2

(1) 1 Tim. 3.15-17; 2 Ped. 1.19-21 (2) Isa. 30.8; 40.8



Breve bosquejo explicativo:


A.-DECLARACIÓN POSITIVA:
¿Qué escritos son divinamente inspirados?


B.-DECLARACIÓN NEGATIVA:
¿Qué escritos no son divinamente inspirados?

C.-RECONSTRUCCIÓN DEL TEXTO ORIGINAL:

D.-PRUEBAS DE LA PRESERVACIÓN DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS:

     .-LA EVIDENCIA HISTÓRICA-LEGAL

E.-BASE DE LA PRESERVACIÓN DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS:

     .-LA DIVINA PROVIDENCIA

miércoles, 5 de abril de 2017

LA DISPONIBILIDAD DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta clave:  ¿En qué idiomas se escribió originalmente la Biblia? ¿Cuan importante es la traducción de Las Sagradas Escrituras?, y ¿cuál es la importancia de los idiomas originales en su interpretación?

Resumen: El hebreo, el arameo y el griego (koiné) son los idiomas en que se escribió originalmente la Biblia, siendo que no todo el pueblo de Dios conoce estos idiomas, se hace necesario traducir la Biblia a los idiomas de aquellas naciones donde la Palabra de Dios es llevada, aunque no debemos dejar  de reconocer la importancia de los idiomas originales para la interpretación del mensaje bíblico.

Declaración:

Le agradó al Señor nuestro Dios poner por escrito su revelación 1, y de este modo, el Antiguo Testamento se escribió, mayormente en hebreo, (que era el idioma común del pueblo de Dios antiguamente) y algunas porciones en Arameo, 2 y el Nuevo Testamento en griego, (que en el tiempo en que fue escrito era el idioma más conocido entre las naciones), y en aquellas lenguas fueron inspirados directamente por Dios, por esta razón, debe apelarse finalmente a los manuscritos en estos idiomas originales en toda controversia. 3 Como estos idiomas originales no se conocen por todo el pueblo de Dios, el cual tiene el derecho de poseer las Escrituras y tiene gran interés en ellas, a las que según el mandamiento debe leer y escudriñar en el temor de Dios, 4 se sigue que la Biblia debe traducirse a la lengua vulgar de toda nación a donde sea llevada, 5 para que morando abundantemente la palabra de Dios en todos, puedan adorarle de una manera aceptable y para que por la paciencia y consolación de las Escrituras tengan esperanza. 6

(1) Exo. 34:1; Isa. 30:8; Apc. 1:11 (2) Hch. 21.40; Ro. 3.1, 2  (3) Isa. 30.8  (4) Jn. 5.39 (5) Neh. 8.8; 1 Co. 14.6-11  (6) Ro. 15:4; Col. 3:16

Breve bosquejo explicativo:

A.-LA INSCRIPTURACIÓN, VOLUNTAD DIVINA:


B.-¿CÓMO SE ESCRBIÓ LA BIBLIA?:


     1.-MATERIALES DE ESCRITURA:

     2.-FORMA DE LOS LIBROS ANTIGUOS:

     3.-IDIOMAS EMPLEADOS EN EL REGISTRO DEL TEXTO BÍBLICO:


C.-PERTINENCIA DE RECURRIR AL MÉTODO HISTÓRICO GRAMATICAL SOBRE LOS IDIOMAS ORIGINALES EN MEDIO DE TODA CONTROVERSIA:

   1.- LAS IMPORTANCIA DEL MARCO HISTÓRICO EN LA INTERPRETACIÓN DE LAS ESCRITURAS:

     2.- IMPORTANCIA DE RECURRIR A LA GRAMÁTICA EN LOS IDIOMAS ORIGINALES EN LA INTERPRETACIÓN DE LAS ESCRITURAS:


D.-BASES PARA LA TRADUCCIÓN DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS:

      1.- LOS IDIOMAS ORIGINALES NO SE CONOCEN POR TODO EL PUEBLO DE DIOS:

   2.- EL PUEBLO DE DIOS TIENE DERECHO, INTERÉS Y NECESIDAD DE POSEER LAS ESCRITURAS: