LA SUFICIENCIA DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta clave: ¿Son las Sagradas Escrituras suficientes para brindar al hombre aquel conocimiento necesario para su salvación y santificación?

Resumen: Todo aquello necesario para que el hombre crea, alcance salvación y viva una vida para la gloria de Dios se encuentra contenido en Las Sagradas Escrituras de tal modo, que nada que no se lea o se pruebe con ellas debe constituir norma de fe. Que incluso aquellas cosas comunes a  toda sociedad humana han de decidirse siguiendo los principios generales encontrados en la Palabra de Dios.

Declaración:

Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria; y para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o implícitamente revelado en las Escrituras,1 de modo que cualquier cosa que no se lea en ellas, ni con ellas se pruebe, no debe exigirse de hombre alguno que la crea como norma de fe, ni debe ser tenida por requisito necesario para la salvación, 2 y a esta revelación de su voluntad, nada será añadido, ni por nuevas revelaciones del Espíritu, ni por las tradiciones de los hombres. 3

(1) 2 Ti 3:15-17 (2) Is. 8.20; Hch. 17.10-12; 1 Co. 4.6 (3) Gál. 1:8,9; Apc. 22.18

Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espíritu de Dios es necesaria para que las cosas reveladas en la palabra se entiendan de una manera salvadora, 4 y que hay algunas circunstancias tocante al culto de Dios y al gobierno de la iglesia, comunes a las acciones y sociedades humanas, que deben arreglarse conforme a la luz de la naturaleza y de la prudencia cristiana, pero guardándose siempre los principios generales de la palabra. 5

(4) Jn. 6:45, 1 Co 2:9-12 (5) 1 Co 11:13,14 1 Co 14:26,40


 Breve bosquejo explicativo:


A.-ASEVERACIÓN DE SU SUFICIENCIA:


B.-ALCANCE DE SU SUFICIENCIA:
¿Para qué son suficientes las Sagradas Escrituras?

"La gloria de Dios, la salvación, la fe y la vida del hombre."

C.-EL MODO DE SU SUFICIENCIA:
¿Cómo se nos presenta todo el consejo de Dios?

"Explícito e implícito"

D.-IMPLICACIONES DE SU SUFICIENCIA:

"Lo que en la Biblia no se lea o se pruebe con ella, no debe ser tenido como norma de fe."

E.-ACLARACIONES PERTINENTES:

     1.- LA NECESIDAD DE LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO PARA APROPIARNOS DEL CONSEJO DE DIOS QUE HA SIDO REVELADO SUFICIENTEMENTE EN LAS ESCRITURAS.

     2.- EL USO DE LOS MEDIOS ORDINARIOS Y LA SUFICIENCIA DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS.

LA AUTORIDAD DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta clave: ¿Por qué tienen autoridad Las Sagradas Escrituras?, y ¿cómo lo sabemos?

Resumen: La iglesia, los concilios, las organizaciones religiosas y los hombres en general, reconocen la autoridad de Las Sagradas Escrituras, pero no la establecen. La Biblia contiene en sí misma todas las pruebas, que con la luz del Espíritu Santo, evidencian ser la Palabra de Dios y por tanto, obligan a todo hombre, en toda época y lugar a recibirla, aceptarla y obedecerla como Palabra de Dios.

Declaración:

La autoridad de las Santas Escrituras, por la que ellas deben ser creídas y obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente del de Dios (quien en sí mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas porque son la palabra de Dios. 1

(1) 2 Tim. 3.15-17; 2 Ped. 1:19-21; 1 Tes. 2.13; 1 Jn. 5.9

El testimonio de la Iglesia puede movernos e inducirnos a tener para las Santas Escrituras una estimación alta y reverencial; a la vez el carácter celestial del contenido de la Biblia, la eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se propone alcanzar en todo el libro (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento que hace del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre, la multitud incomparable de otras de sus excelencias y su entera perfección, son todos argumentos por los cuales la Biblia demuestra abundantemente que es la palabra de Dios. 2 Sin embargo, nuestra persuasión y completa seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina, provienen de la obra del Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la palabra divina y por medio de ella. 3

(2) Sal 19.7-8; Isa. 40.8; Isa. 7.14 Comp. Mt. 1.20-23; Miq. 5.2 comp. Mt. 2.1-6; Ro. 3.21-26; 1 Tim. 1.15 (3) Jn. 16:13,14; 1 Co. 2:10-12; 1 Jn. 2:20, 27


Breve bosquejo explicativo:

A.-BASES DE SU AUTORIDAD:
¿Por qué son autoritativas las Sagradas Escrituras?

Es La Palabra de Dios

B.-PRUEBAS DE SU AUTORIDAD:
¿Cómo sabemos que son autoritativas?

1.-EL TESTIMONIO DE LA IGLESIA: (La Canonización)

2.-EL TESTIMONIO DE LA MISMA ESCRITURA: (Evidencia Interna)

3.-EL TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO: (Evidencia Interior)

IDENTIDAD DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta clave: ¿A que llamamos las Sagradas Escrituras?

Resumen: El título de Sagradas Escrituras define, en la expresión cristiana, ortodoxa y evangélica a una colección de 66 libros (listados en la declaración siguiente), y por tanto cualquier adición o supresión de esta lista, debidamente autorizada por los receptores primarios de la inspiración divina, (la nación de israel, los profetas y apóstoles), confirmada por  nuestro Señor Jesucristo y generalmente aceptada por la ortodoxia cristiana, se constituye como un registro desautorizado de la Palabra de Dios.

Declaración:

Bajo el titulo de las Santas Escrituras la palabra de Dios o escrita, se contienen todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, y los cuales son como sigue:


ANTIGUO TESTAMENTO
Génesis            
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio
Josué
Jueces
Rut
1ero de Samuel
2do de Samuel
1ero de Reyes
2do de Reyes
1ro de Crónicas
2do de Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Job
Salmos
Proverbios
Eclesiastés
Cantares
Isaías
Jeremías
Lamentaciones
Ezequiel
Daniel
Oseas
Joel
Amós
Abdías
Jonás
Miqueas
Nahum
Habacuc
Sofonías
Hageo
Zacarías
Malaquías

NUEVO TESTAMENTO
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Hechos
Romanos
1era Corintios
2da Corintios
Gálatas
Efesios
Filipenses
Colosenses
1era Tesalonicenses
2da Tesalonicenses
1era Timoteo
2da Timoteo
Tito
Filemón
Hebreos
Santiago
1era Pedro
2da Pedro
1era Juan
2da Juan
3era Juan
Judas
Apocalipsis

Todos estos fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla de fe y vida.

Los libros comúnmente titulados Apócrifos, por no ser de inspiración divina, no deben formar parte del canon de las Santas Escrituras, y por lo tanto no son de autoridad para la Iglesia de Dios, ni deben aceptarse ni usarse sino de la misma manera que otros escritos humanos.


Breve bosquejo explicativo:


A-DECLARACIÓN POSITIVA O INCLUSICA:
¿Qué son las Sagradas Escrituras?


B.-DECLARACIÓN NEGATIVA O EXCLUSIVA:
¿Qué no son las Sagradas Escrituras?


     1.-¿QUÉ SON LOS LIBROS APÓCRIFOS?
Son 11 libros, cuya lista fue aceptada tardíamente por la Iglesia Católica en el concilio de Trento en 1546.

     2.-¿POR QUÉ CREEMOS QUE ESTOS LIBROS NO SON INSPIRADOS POR DIOS Y POR TANTO NO FORMAN PARTE DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS?

a) Porque los judíos nunca reconocieron esos libros como inspirados:
b) Porque Cristo y los apóstoles nunca aceptaron estos libros como inspirados:
c) Los Padres de la Iglesia hasta el siglo IV rechazaron, casi por unanimidad, la inspiración de los libros apócrifos.
d) La misma Iglesia Católica no aceptó éstos 11 libros como inspirados, sino hasta 1546 en el Concilio de Trento.
e) Los libros apócrifos mismos no parecen ser de inspiración divina.

NECESIDAD O CARÁCTER IMPRESCINDIBLE DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

Pregunta clave: ¿Por qué y para qué son absolutamente necesarias Las Sagradas Escrituras?

Resumen: La voluntad de Dios de dejar por escrito su revelación, el hecho de que lo que aprendemos de las obras de creación no sea suficiente para guiarnos a la salvación, los beneficios de tener por escrito un mensaje para su conservación y difusión, y siendo que la época de revelaciones sagradas por medio de profetas y apóstoles ha pasado, son razones suficientes para establecer firmemente la necesidad de Las Sagradas Escrituras.

Declaración:

"Las Santas Escrituras son la única, toda suficiente, segura e infalible regla del conocimiento, fe y obediencia salvadoras. 1 Aunque la luz de la naturaleza y las obras de creación y de providencia  manifiestan la bondad, sabiduría, y poder de Dios, de tal manera que los hombres quedan sin excusa, 2 sin embargo, no son suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación; 3 por lo que le agradó al Señor, en varios tiempos y de diversas maneras revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia; 4 y le agradó también dejar esa revelación por escrito, 5 para conservar y propagar mejor la verdad, para el mayor consuelo y establecimiento de la Iglesia contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, y para seleccionar del abundante material revelado aquello que mejor sirviese a los propósitos del Señor,6 por todo lo cual las Santas Escrituras son muy necesarias, y tanto mas cuanto que han cesado ya los modos y oficios anteriores que dieron lugar al texto sagrado. 7

(1) Lc. 16:29,31; Ef. 2:20; 2Ti.3:15-17 (2) Sal. 19:1-3; Ro. 1:19-20; 2.14,15 (3) 1 Co. 1:21; 2:13, 14 (4) He. 1:1,2 (5) Exo. 34:1; Isa. 30:8; Apc. 1:11 (6) Lc. 1:1-4; Hch. 15.30, 31; Ro. 15:4 ; Col. 4:16; Apc. 1:11; Jn. 20:30,31; 21:25 (7) Ef. 2:20; Gál. 1:8,9; Jud. 1:3; Apc. 22:18

Breve bosquejo explicativo:

A.-ESFERA DE SU CARÁCTER IMPRESCINDIBLE: 

¿Para qué son necesarias las Sagradas Escrituras?

( Lc. 16:29,31; 2 Ti. 3:15-17; Ef. 2:20 )

B.-BASES DE SU INDISPENSABILIDAD:

¿Por qué son necesarias las Sagradas Escrituras?

      1.-INSUFICIENCIA DE LA REVELACIÓN GENERAL

      ( Sal. 19:1-3; Ro. 1:19-20; 2.14,15 )

      2.-INSCRIPTURACIÓN DE LA REVELACIÓN ESPECIAL

     ( Exo. 34:1; Isa. 30:8; Apc. 1:11 )

     3.-PROPÓSITOS Y BENEFICIOS DE LA INSCRITURACIÓN:

     ( Lc. 1:1-4; Hch. 15.30, 31; Ro. 15:4 ; Col. 4:16; Apc. 1:11; Jn. 20:30,31; 21:25 )

     4.- CESE DE LOS MODOS Y OFICIOS ANTERIORES QUE DIERON LUGAR AL TEXTO SAGRADO

     ( Ef. 2:20; Gál. 1:8,9; Jud. 1:3; Apc. 22:18 )

          Carácter conclusivo de:

               a.1) El fundamento de la Iglesia

               a.2) El evangelio

               a.3) La fe de los santos